Pilar Adón, la escritura lenta pero firme en un río de letras como editora

25/11/2017 - 12:04 am

La española nacida en Madrid en 1971 es la coeditora de Impedimenta y además es autora de los libros de relatos La vida sumergida, El mes más cruel y Viajes inocentes, de las novelas Las efímeras y Las hijas de Sara y de los poemarios Mente animal y La hija del cazador.

Ciudad de México, 25 de noviembre (SinEmbargo).- Como una de las grandes representantes del género corto, Pilar Adón ha escrito para Galaxia Gutenberg su nuevo libro de relatos: La vida sumergida.

Una mujer le pide a otra que se muera y esta se muere para constatar la frustración de que no siempre la dependencia amorosa es la causante de nuestra involución o nuestra dejadez.

Una chica espera a su hermano mayor para ir juntos en autobús hacia una comuna en la que vivirán esa experiencia de desposesión.

Una chelista comprende que su máxima ambición consiste en librarse de la gravedad, y empieza a practicar para evitarla.

En un conjunto de 13 relatos, donde los personajes “aspiran a estar constantemente en otro sitio y a ser lo que no son, conscientes de que, al final, tendrán que dar con la mejor manera de sobrevivir”, Pilar Adón demuestra su solidez cuentística, mediante una escritura lenta donde en el medio vive la felicidad de ser editora de Impedimenta.

Tiene una voz particular, una voz propia, que ya ha experimentado con todo éxito en su novela Las efímeras, un trabajo que le llevó 10 años hacer.

“Creo que lo más importante y te hablo como lectora es cómo se nos cuentan las historias. Para mí de hecho es mucho mejor esto que la historia en sí. La voz del escritor, el punto de vista, la perspectiva desde donde nos ponemos para narrar los hechos o lo que queremos contar de cada personaje, mucha información la tenemos que ocultar y mucha la tenemos que ofrecer. En mi caso de lo que hablo es de las pasiones humanas, de los celos, de la dependencia emocional”, dice la escritora.

Sus relatos cortos están poblados de personas que persiguen una utopía, que quieren vivir otra vida en otro sitio, con otras personas. “Son esos temas universales, los que más me interesan, querer estar en otro sitio para poder hacer lo que uno cree hacer, quizás no merecía la pena haber roto tantas relaciones para hacer eso…los textos que escribo se establecen muchas dependencias afectivas, entre parejas o entre familiares y muchas veces para conseguir lo que uno desea hay que romper esas dependencias. Y eso siempre es complicado, de frustración. El primero de los relatos, digo para ponerte un ejemplo, cuenta la historia de dos mujeres que viven encerradas en una casa. Entonces una de ellas, que cree que quiere dedicarse a leer, a escribir, a pasear, le dice a la otra que se muera. Es la petición máxima y la otra, en un acto de generosidad y de amor absoluto, se muere. El primer personaje aunque la otra ya no esté no hace nada de lo que quería hacer. Esa frustración, esa manera de autofrustrarnos, es algo que me interesa mucho. Somos capaces de valorar más el fracaso que el éxito”, afirma Pilar Adón.

Pilar Adón presentando su libro en México. Foto: SinEmbargo

Para los personajes de La vida sumergida (Galaxia Gutenberg) es más incitante el camino que la llegada y más gratos los preparativos de un evento que su auténtica celebración. Comparten la vocación de apartarse y recluirse en casas que son lugares de encierro pero también de libertad, al constituir el espacio perfecto para imaginar, recordar, fantasear y, en definitiva, huir.

“Llevamos siempre nuestro pasado, nuestras tendencias y aunque rompas con relaciones de dependencia probablemente armes nuevas relaciones de dependencia. Todo ese juego que parece muy abstracto, puesto sobre situaciones y personajes, me resulta apasionante, porque al final estamos hablando de la condición humana”, expresa la escritora que se dio a conocer con la novela Las hijas de Sara, donde

Julia y Rose viven con su padre, el austero Henry Drayton, en una casa aislada y solitaria, un lugar en el que antes sólo había arena. Para escapar del opresivo ambiente, las hermanas se someten al recuerdo constante de una madre ausente, Sabina, en busca de refugio y sosiego.

Una autora con una voz particular. Foto: Especial

“Escribí el cuento de relatos mientras escribía Las efímeras y trabajaba y todo lo demás. Pero se puede entrar en un mundo paralelo, aunque La vida sumergida tiene mucha relación con la novela. Cuando me pongo a escribir relatos es en determinado tiempo y no empiezo hasta que no tenga la primera frase y el final. Mi estructura parecida es de relato. Soy muy pesada, tardo mucho en escribir, pero sé cómo va a terminar mi relato”, afirma.

“Felizmente en España hay un boom de relatos y ahora entre las ofertas puedes tener un libro de novela u otro de cuentos. Antes, cuando ibas a las editoriales con un libro de cuentos te sacaban inmediatamente, pero ahora no”, se ufana.

Dice que tarde o temprano su tarea de editora de Impedimenta chocará con su vocación de escritora. “En la labor de edición la recompensa es automática. Decido qué escritor quiero publicar y ya está. Es instantáneo. Escribir es un proceso más lento, mucho más pausado. Hay que tener cuidado cuando escribes porque la edición se puede hacer adictiva y que estés más ocupada pensando en tal o cual escritor en lugar de tus historias”, advierte.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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